Un solar en Torre Atalaya albergará un colegio y una residencia para estudiantes

Una de las parcelas más amplias que aún está libre de edificación en el sector de Torre Atalaya, en Teatinos, será ocupada en los próximos meses por la construcción de un centro educativo y una residencia para estudiantes. Ambos proyectos son promovidos por las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (Safa), que obtuvieron el terreno del Ayuntamiento a cambio de la cesión de los suelos de los dos campos de fútbol de San Ignacio, en El Palo, barriada en la que Safa tiene actualmente su centro educativo en Málaga.
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Lleno absoluto en la biblioteca, la gestión de nervios y libros

Decía Borges que si la realidad se pone tozuda e incorruptible, lo mejor es encerrarse en la biblioteca. Probablemente, llevaba razón, pero claro, él lo tenía fácil. Su colección, casi tan enciclopédica como sus conocimientos, estaba en casa y sabía de antemano el rincón aproximativo en el que se escondía el Dostoievski, el Herodoto e incluso el Chesterton más resbaladizo. Por si fuera poco, no estaba obligado a reservar su espacio ni a librar batallas con el codo más cercano. Tareas, innegablemente borrascosas, a las que en estos días se entregan todos los que no son Borges, incluidos los alumnos de la Universidad de Málaga, encerrados como el autor de `El Aleph´ en la biblioteca.
En cierto modo, la época de exámenes transforma el campus de Teatinos en una península misteriosa. A simple vista, nadie diría que uno de sus edificios, atrapado entre el gris, el rojo y el verde, custodia por las noches a más gente que una discoteca, que sus habitantes en lugar de danzar se mantienen en sillas y con la cabeza gacha, que no se oye ni a una mosca sobre la página. Es la biblioteca general, bastión de la vida del estudiante y segunda residencia de jóvenes durante más de dos meses al año, aunque también de trabajadores y colecciones insospechadas.
Si Borges estuviera allí, seguramente estaría escandalizado. Para él la lectura era algo muy íntimo y no confiaba en más asesores que sus amigos y la enciclopedia británica. Pero no todos, insisto, somos Borges y los anaqueles pueden despistar, volver loca a la mano que busca un título de nombre impronunciable y desesperar a los que no saben cómo acercarse a un listado bibliográfico. Para éstos y otros quehaceres, están los bibliotecarios, señores y señoras que no necesariamente deben lucir lentes ni archivar cualquier papel que le dejen a su alcance.
Gregorio García, coordinador de la red de bibliotecas de la UMA, explica que la profesión ha cambiado radicalmente en los últimos años. El bibliotecario ya no es el hombre que acecha a los estudiantes locuaces y tiene el indicial listo para ponérselo encima de la boca, sino una herramienta imprescindible para el estudio y la investigación. Su trabajo consiste en encender luces en el vasto mundo de los títulos, en enseñar a manejarse entre artículos y referencias.
Un cometido que se ha complicado mucho, aunque de una manera grata. Gregorio recuerda que el usuario tiene acceso a los libros de casi todas las facultades del mundo, que para encontrar una obra especializada editada en Berlín sólo tienen que aproximarse al mostrador y comunicar la referencia. A partir de ahí, el bibliotecario rastreará los catálogos de las facultades y formulará el pedido, que será remitido al estudiante por correo ordinario. En el último año, las idas y venidas de obras desde Málaga superaron los dos millares.
Y eso es sólo el principio, porque la institución prepara una herramienta que permitirá al usuario suprimir la mediación y acceder por sí mismos a las colecciones de las universidades. Al menos, de las españolas, si bien no se descarta que en un futuro pueda ampliarse al resto del mundo.
Escuchar a Gregorio, observar a los estudiantes acodados en una mesa con un portátil encendido, permite comprender que los tiempos han cambiado y que la tecnología ha llegado al imperio del papel y las repisas. Renovar el préstamo de una obra o hacer una reserva ya no requiere presentarse en la biblioteca, basta con acceder a su directorio a través de Internet. Tampoco hace falta rellenar una solicitud como en los viejos tiempos, con una rápida pasada del lápiz electrónico se almacena la transferencia. Y si me apuran, ni siquiera el papel, porque los libros y artículos electrónicos cada vez son más demandados.
No obstante, lo que no varía mucho es la picaresca, que en el universo de la biblioteca se aplica a la hora de demorar préstamos y asegurar la obra codiciada. Gregorio, un tanto remiso a revelar las triquiñuelas del alumnado, confiesa que algunos homúnculos han llegado a arrancar páginas de obras ilustradas y que otros, menos vituperables, aunque más rápidos, cambian de sitio los volúmenes para llevárselos antes que el resto.
Entre otras cosas, porque en la biblioteca existe mucha competencia, principalmente a la hora de encontrar un hueco. Algunos estudiantes aseguran que, pese a la apertura de otras dos dependencias por la noche, y la extensión de la actividad a los fines de semana, sigue sin haber espacios para todos. «Antes las colas daban la vuelta a la esquina y ahora al menos están en línea recta», comenta Gregorio. Diríase que todos quieren ser como Borges o que no tienen más remedio.

Noticia extraída de: La opinión de Málaga.

Los universitarios suspenden la mitad de sus asignaturas

Los estudiantes de la Universidad de Málaga sólo aprueban la mitad de las asignaturas en las que se matriculan. Un rendimiento académico que, en principio, parece bajo y que les obliga a prolongar su estancia en la UMA durante más años de los establecidos para finalizar sus estudios. En algunos casos, es más del doble. Claro que todo depende de la carrera. Una interpretación del último boletín de estadísticas de alumnos de la institución docente, correspondiente al presente curso, deja entrever que que los alumnos de Empresariales, Ingenierías, Informática y Telecomunicaciones son los menos aplicados. Al menos son los que menos índice de aprobados obtienen en relación a las materias en las que se han inscrito.
Otro dato que pone en evidencia el grado de compromiso de los estudiantes malagueños con sus obligaciones académicas es que sólo se presentan a tres de cada diez exámenes en la convocatoria de febrero, correspondientes al primer cuatrimestre del curso. Estos porcentajes se invierten, de forma radical, en la convocatoria de junio, donde se presentan al 70% de las pruebas, aunque sólo consiguen superar el 46%. El pasado año sólo lograron acabar sus estudios 3.567 alumnos.
Y es que muchos se tienen que matricular en una misma asignatura por segunda vez en 44.640 casos y por tercera vez o más en 43.495 (los 33.085 estudiantes de la UMA están matriculados este curso en un total de 274.691 asignaturas).
El centro con menos alumnos es la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (143), que dispone cada año de 75 plazas y recibió 947 solicitudes durante el plazo de preinscripción. El que más alumnos acoge en sus aulas es la facultad de Económicas, donde estudian 3.908 jóvenes.
Carreras más demandadas. Sin embargo, las carreras más demandadas siguen siendo las sanitarias, con Medicina a la cabeza (2.709 peticiones para 137 puestos), seguida de Enfermería (1.736 solicitudes) y Fisioterapia (1.338). Son, por tanto, las carreras con una nota de corte superior. Y, pese a la dificultad, son, precisamente, los que más asignaturas aprueban, junto a los de Bellas Artes, Ciencias de la Educación y Ciencias de la Información.
El número de alumnos continúa en franco retroceso. Sin contar con los matriculados en los cursos de doctorado (tercer ciclo), en cinco años la cifra total ha descendido en 5.472 alumnos (en 2001 había 38.557 universitarios en la UMA). La gran mayoría son de Málaga capital (13.239, es decir, el 40%), aunque 11.685 proceden de la provincia (35%), principalmente de Marbella, Fuengirola, Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria y Torremolinos. En el lado opuesto, se encuentra municipios como Atajate, Salares y Sedella, con un único universitario. Otros 4.740 alumnos son del resto de Andalucía; 2.055 de otras regiones españolas; y 1.366 son extranjeros.
El 54% de los estudiantes estudian carreras de la rama de Ciencias Jurídicas y Sociales, el 24% en carreras técnicas, el 8% en Humanidades; un 7% en Ciencias de la Salud y otro 7% en Ciencias Experimentales. Por cierto, que estas carreras han visto cómo el número de matrículas ha caído estrepitosamente en los últimos años y son cada vez menos los alumnos que las estudian. Biología ha pasado de 1.371 alumnos en 2001 a los actuales 910; Matemáticas tenía 311 y ahora sólo 166; y Química, de 669 a 341.

Noticia extraída de: La Opinión de Málaga

El presupuesto de la UMA crecerá más de un 13% el próximo año

El documento será remitido al Consejo Social para su aprobación final en la sesión que se celebrará el próximo 28 de diciembre en el Palacio de Salinas. De este modo, el presupuesto de la UMA quedará cerrado antes de que acabe el año.En el capítulo de gastos, el mayor montante económico se lo lleva el apartado de Personal, con 137,45 millones de euros, seguido de la partida presupuestaria destinada a las inversiones, que en 2007 ascenderán a 61,7 millones de euros y suben un 14,21 por ciento respecto a este ejercicio académico.

De esta cantidad, la mayor parte se destinará a la ampliación de Teatinos y cubrirá la construcción de los edificios de Industriales y Politécnica, el edificio Económico y Social. Con esta cantidad también se prevé cubrir la segunda fase de urbanización del nuevo campus, el inicio del proyecto y ejecución de Ciencias de la Salud, además de la licitación de Psicología. Hay que destacar también el incremento porcentual del capítulo referido a los reintegros de préstamos y los anticipos de subvenciones específicas, que duplican su dotación presupuestaria para poner a disposición de los investigadores los créditos necesarios para su trabajo tras recibir la subvención.

Este apartado aumenta en un 31,51 por ciento hasta los 868.000 euros.
Respecto a los ingresos, resalta el aumento de las transferencias de capital en un 28,65 por ciento, hasta los 43,83 millones de euros, debido al nuevo modelo de financiación en el periodo 2007-2011, en el que la investigación científica adquiere una relevancia importante y, dentro de ella, las convocatorias competitivas de carácter institucional para infraestructura científica.

Noticia extraida de: Diario Málaga HOY

La UMA pierde 600 alumnos y consolida su tendencia a la baja

La UMA gana titulaciones, pero pierde alumnado. El cierre provisional de las matriculaciones del actual curso 2006-07 revela que las facultades y escuelas malagueñas cuentan con 613 universitarios menos que hace un año. Ni la nueva carrera de Terapia Ocupacional ni las tres que se implantaron el curso pasado –Podología, Bellas Artes y Arquitectura– han logrado frenar la caída ininterrumpida de estudiantes que arrancó en 2000. La propia institución académica ha desplegado variadas estrategias de captación desde 2004 que tampoco han podido invertir esta tendencia a la baja.Málaga cuenta a día de hoy con 33.098 universitarios frente a los 33.711 de hace un año, según informó ayer el vicerrector de Alumnos de la UMA, Juan Antonio Perles. El dato es consecuencia del cierre del proceso de matriculación del curso 2006-07, que concluyó ayer con la salvedad de que se ha abierto un plazo extraordinario de dos días de duración –30 y 31 de octubre– en aquellas carreras que tienen vacantes. La institución tiene previsto publicar hoy en su página web –www.uma.es– la lista de carreras que aún tienen plazas disponibles.

La importancia de este fenómeno del descenso de alumnos radica en que no es coyuntural. Las universidades andaluzas y españolas en general experimentan esta tendencia desde comienzos de la década. La de Málaga, en concreto, ha perdido casi 6.000 estudiantes desde el año 2000. La caída más acusada de un curso para otro ha sido la del 2003-04, cuando iniciaron las clases unos 1.700 jóvenes menos que el año anterior.

El descenso no se puede achacar exclusivamente a razones puramente demográficas, puesto que la Formación Profesional sí que ha ganado alumnos en este mismo periodo, en parte, por su alto grado de inserción laboral. Los Ciclos Formativos han dejado de ser una alternativa secundaria para jóvenes menos capaces, han mejorado su reconocimiento social y, en consecuencia, experimentan un crecimiento constante desde 2000. Basta un dato: los institutos de Málaga acogen este curso unos 600 alumnos más que el pasado. El mayor aumento se da en los Ciclos de Grado Superior, que son los que exigen el Bachillerato.

Pero la bajada de estudiantes que experimenta la UMA podría haber sido aún más grande. No hay que olvidar que las nuevas titulaciones han permitido enganchar a un buen número de jóvenes que, en mayor o menor medida, se hubieran matriculado en otras universidades. El de Arquitectura es un ejemplo claro. La UMA calcula que unos 200 malagueños estudiaban esta carrera en otros campus del país antes de su implantación en Málaga.

Al margen de la puesta en marcha de nuevas carreras destacan la campaña de mercadotecnia desarrollada para atraer el mayor número posible de estudiantes –el llamado Plan Destino UMA– y las estrategias de captación realizadas en países como Marruecos o incluso China, en pro de la importación de alumnado extranjero para invertir la tendencia actual.

El Plan Destino UMA arrancó el año pasado con medidas como jornadas de puertas abiertas dirigidas a chicos y chicas que cursan segundo de Bachillerato. El Vicerrectorado de Alumnos y la Dirección General de Comunicación coordinan esta y otras actividades de captación que, por otro lado, también persiguen que los jóvenes elijan carrera con acierto y lograr así reducir los índices de abandono.

En cuanto a las campañas para la internacionalización de las facultades y escuelas malagueñas destacan la realizadas en los institutos de Marruecos que, a partir de ahora, serán de ámbito regional y desarrolladas en exclusiva por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. Perles explicó que el desembarco de la UMA en el país vecino provocó la quejas de la veterana Universidad de Granada y la consiguiente centralización de estas acciones por parte de la Junta de Andalucía.

Pero Málaga también ha puesto sus ojos en Oriente en busca de alumnos. Actualmente convenia con la universidad china de Sichuan que una treintena de jóvenes de este país asiático terminen sus carreras en Málaga.

Noticia extraida de: Diario Málaga Hoy